El Papa Francisco en sus mensajes se caracteriza por la constante repetición de expresiones concretas como: La iglesia pobre para los pobres, la denuncia de la trata de las persona, recen por mí, el grito que pide paz, el rostro misericordioso de Dios, ¡el salir a las periferias geográficas y existenciales!
La ultima frase la repite con insistencia a la Iglesia, porque dice que eso le impedirá a la Iglesia sentarse en la comodidad, el estancamiento, al margen del sufrimiento de los pobres del continente. Estos pobres del continente son las periferias existenciales, incluyendo: comunidades indígenas y afroamericanas, mujeres excluidas por su sexo, raza o situación económica, jóvenes que revisen mala eduación, pobres, desempleados, migrantes, campesinos sin tierra, niños sometidos a prostitución, familias en miseria, portadores de enfermedades, víctimas de violencia, etc.
Todos conocemos a personas que están a nuestro alrededor y están incluidos en esta lista. Pero la esperanza cristiana, nos pide salir de la tranquilidad de nuestros templos para proclamar que el mal y la muerte no tienen la ultima palabra, que el amor es más fuerte.
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