Para poder hacer un cambio en el mundo, siempre debemos comenzar por nosotros mismos. Porque cada granito cuenta para hacer un gran cambio. Primero debo ser buen persona y amarme a mi misma por lo que soy, para así transmitir esa buena energía a los demás.
Cada día debemos intentar ser la mejor versión de nosotros mismos. Debemos darnos tiempo para cuidar de nosotros, no solo físicamente, sino también ocuparnos de nuestra salud mental. Y siempre estar cerca de Dios porque él nos guiará al camino que debemos seguir.